Libertaria, Igualdad y Fraternidad

Personas físicas que encarnaron en sus nombres los ideales republicanos

Luis del Saz Ayllón

4/14/20247 min read

14 de abril de 2024
14 de abril de 2024

Hoy es 14 de abril, un día de celebración y de alegría.

Los españoles, el 14 de abril de 1931, veíamos por fin la luz a siglos de atraso y se abría la posibilidad de construir una España libre de caciquismos y de privilegios para unos pocos, mientras que, los muchos, pasaban calamidades y penurias para comer, tener salud y leña para encender el hogar: para sobrevivir en fin. En el horizonte, se vislumbraba una sociedad más justa. Con muchas dificultades, se consiguieron avances sociales como el divorcio o el voto femenino y que en los colegios se enseñara conocimientos (lo que está estudiado y demostrado) y no creencias sin sustento, entre otros avances. Al contrario que nuestra ya no tan joven democracia, la II República la consiguió el pueblo, sin tutelas, ni condiciones.

Hoy viene a cuento porque los valores republicanos por excelencia: libertad, igualdad y fraternidad, tuvieron un reflejo más que humano en tres niñas alcocereñas, de las que dos llegaron a ser mujeres: Libertaria, Igualdad y Fraternidad.

Antes de nada, os confieso que siento realmente algo de pudor al hablar de estas personas, porque mis fuentes son, sobre todo, información archivística y algún pequeño testimonio y estoy seguro que sus familiares contarían, como es lógico, muchas más cosas. Pero creo que es interesante mencionar su existencia, porque dan fe de una época y, como trío me parecen una feliz coincidencia.

Libertaria Castro Duque

Nació iniciado el golpe de estado, en octubre del 36. Sus padres, Gabriel y Vicenta habían contraído matrimonio civil en diciembre del 35 y la efeméride del evento se publicó en el semanario Abril Portavoz de las Izquierdas.

Gabriel, apodado el Oso, era de no mucha estatura y robusto y en unas fiestas se disfrazó del tal plantígrado, junto con el "domador" Manuel el Pancho (Manuel Santiago Guindal, nieto materno del tío Aguja) e hicieron un dúo cómico para deleite de la muchachada.

A Vicenta Duque, apodada la Comino, seguro que muchos aún la recordarán en Alcocer. Vivía en la calle de la Granja en aquellos tiempos. A su hija la llamaron Libertaria, un nombre que no puede ser más significativo: "partidaria de la libertad". El primer uso de la palabra libertario, no obstante, se dio en el siglo XVIII en Inglaterra y significaba algo parecido, pero con matices: "partidario de la libre elección".

Y así, en guerra, transcurrieron los primeros tres años de Libertaria.

Durante ese tiempo, cuando Libertaria recién cumplía su primer añito, Gabriel murió combatiendo en el frente de Aragón según contaba Agapito Legazpe en una carta que remitió a Alcocer desde ese frente. Agapito, esquilador, vivía en la casa número 22 de la calle mayor de Alcocer, justo a continuación de la casa del que era el médico entonces, Enrique de San Andrés y mujer Elisa Ballesteros. La carta iba dirigida a su amigo y vecino Melitón, dos puertas más arriba. En la ficha de la sección político social que consta en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, dice que Gabriel era de filiación comunista y sindicado en la UGT. De oficio jornalero, como aproximadamente el 40% de la población de Alcocer. Llegó al grado de sargento. Tenía veintisiete años.

Llegada la dictadura, Libertaria fue bautizada el 1º de mayo de 1939, día del trabajo, con el cristiano nombre de Carmen, que es una virgen, como debe de ser ¡¿Qué es eso de "libertad para elegir"?! ¡De libertad, nada! Ni siquiera para elegir nombre. Su madrina fue su tía Eulogia.

Vicenta, la Comino, se casó en segundas con Indalecio Casero, de los Jaramillos, de profesión carbonero, tío de nuestro peluquero Martín, y que tuvo causa y condena de 13 años de reclusión menor. Cumplió prisión en Guadalajara, de donde se le trasladó a Yeserías. No tengo datos de la fecha de su libertad condicional, que sé que efectivamente consiguió, porque falleció ya en los años 70. Tuvieron al menos otro hijo, Ángel, bautizado también en Alcocer.

Agapito, el esquilador, se tuvo que exiliar a Francia. Peor suerte tuvo su padre Antonio, quien, condenado a muerte, murió en prisión antes de ser ejecutado, con 69 años en 1941.

Igualdad Vivares Cañaveras

Igualdad nació un mes después de Libertaria, en noviembre de 1936. Era hija de Maximino el Cachena y de Pepa Cañaveras. Su padre tuvo la suerte de no tener que combatir en el frente. Pero en su lugar le tocó bregar en un pueblo completamente movilizado en el esfuerzo de guerra, con el frente a escasos 30 kilómetros y un hospital de campaña en Las Escuelas. Padre de once hijos, de los que sobrevivieron nueve a su infancia, llegó a ser el último alcalde republicano de Alcocer entre mayo de 1937 y enero de 1939. Vivía con su familia en el número 9 de la calle del Suspiro, casa que ya fue la de su abuela Juana Ayllón Cervigón, hermana del tío Andrés, el del puente de su nombre y objeto de mi primer artículo y que actualmente ha heredado un sobrino nieto de Maximino.

Lo cierto es que Igualdad consiguió mantener su nombre, no por gracia y favor de la dictadura, sino porque falleció con 14 meses, antes del final de la II República. La Igualdad es una cosa muy mal vista también por las dictaduras, sobre todo la de oportunidades y la de derechos. Aunque hoy en día, siguen siendo asignaturas pendientes aún tales libertades, aunque sobre el papel se nos diga que sí.

Maximino fue fusilado como todo alcalde republicano, en 1940. En su caso, los lazos familiares con personas significadas del régimen no sirvieron de nada. Se le hizo el clásico juicio-farsa sin garantías… y al hoyo.

Pepa Cañaveras, su esposa, era hija del juez municipal José Cañaveras, a su vez hijo de otro juez municipal, Francisco Cañaveras, propietario en su día de la casa de la Bajada a la Plaza de Toros que tiene el escudo de la inquisición, en el no tan lejano siglo XIX. José Cañaveras fue también fusilado en 1940 a los 68 años de edad. No sabemos si esos motivos influyeron o no, pero Pepa se vio en esa situación y le dió por fallecer y dejarnos a nosotros y a sus nueve retoños en 1941. La familia quedó destrozada, el hijo mayor, con ataques epilépticos y agresividad descontrolada, tuvo un altercado con otro de sus hermanos que le costó la cárcel en 1948. Jesús Cañaveras, hijo de José y hermano de Pepa se hizo cargo de dos de sus sobrinos, a quienes colocó en la fábrica de la Pegaso. 

Fraternidad Cañaveras

María Fraternidad Cañaveras Écija

Así fue inscrita la hija del Juez fusilado José Cañaveras Viana. Hija también de Paula Écija, tía de nuestro centenario Chiqui, Félix Écija y de su hermano el pregonero Mariano. Todos los que la querían, la conocían por “Frater”.

Nació en 1906 con lo que deducimos que su nombre no era consecuencia de ningún gen republicano sino del ansia de amor y concordia de sus padres. Como en esa época parece que había algo más de libertad, no hubo pegas con un nombre que era muy original y mucho original para la época.

“Frater” tenía treinta años por tanto cuando sucedió el desgraciado golpe de estado que, decían ellos, iba a salvar a España de tanta libertad. Como las mujeres ganaron protagonismo en la II República, ella se arremangó, se puso el traje de miliciana y colaboró en el abastecimiento de víveres en tiempo de guerra en el llamado “batallón alcarreño”. Formó parte de las Juventudes Socialistas Unificadas y del Socorro Rojo Internacional, del que fue Secretaria de Administración. Finalizada la guerra sufrió como pocas la represión: su padre fusilado y ella paseada por el pueblo, junto a otras. Según relata la hija del ex fiscal municipal Aurelio Montero Ayllón, asesinado en Peñalver el 4 de septiembre de 1936, “a mi madre y a todas les dijeron: -Ahora si queréis vamos a ir al Ayuntamiento y las vamos a poner en fila. Si queréis las pegáis, si queréis les claváis agujas, si queréis les dais aceite de ricino-“. Después de la humillación, “Frater” fue encarcelada, encausada y condenada a doce años y un día en otro juicio-farsa. Salió en libertad condicional en diciembre del 42, pero con destierro. Sin medios de subsistencia, se instaló en un albergue de desterradas en Valencia y más tarde, a petición suya, se le concedió el traslado a Madrid por sufrir una enfermedad que le impedía el trabajo. Se instaló en Ciudad Lineal y se casó en 1947 con un hombre nacido en Escamilla llamado Sixto. Falleció en 1995.

Su partida de bautismo, se corrige el 20 de agosto de 1946, tachando en el libro la inscripción completa con el nombre original, e inscribiéndola con un nuevo asiento, esta vez con el nombre de María Paula, que era más del gusto eclesiástico. Lo de "Frater" queda reservado, según la España de bien, a los frailes, oiga usted.

Pues esto era, ya tenéis algo más de qué hablar en el súper de Alcocer, paisanos.