El puente del tío Andrés

¿Qué tío Andrés?

Luis del Saz Ayllón

6/29/20239 min read

El puente del tío Andrés

El puente del tío Andrés (y no de San Andrés como he escuchado por ahí) es un puente de arco de piedra que está en el cruce del camino del Monte Llano con la antigua nacional 320 y que permite que el agua del barranco de Carrapareja pase bajo esa vetusta y muy deteriorada carretera. Este “puente” está hoy lamentablemente casi cegado por la maleza. Con un buen machete y pantalones anti zarzas os podéis aventurar a visitarlo.

El puente parece pequeño, pero se puede pasar erguido por debajo de él

Antigua N-320 a la altura del puente del tío Andrés

Pero... ¿Se puede saber quién era el tío Andrés

El tío Andrés era Andrés Ayllón Cervigón un terrateniente cuya vida discurre en los primeros 3/4 del siglo XIX, entre 1805 y 1876, casado con Antonia Carralero, hijo de Miguel y de Cristina y padre de cuatro hijos: Manuel, Ramón, Melitón, Elvira y otros cuatro "de los que no se recuerda su nombre" el día de la muerte de Antonia, en 1881. Vamos a ver quiénes son.

El puente bajo la N320 a la altura de la limpia, es similar, aunque algo más pequeño

La foto esta hecha de pie, sin agacharse.

Manuel Ayllón Carralero y su esposa Plácida, de Córcoles, murieron jóvenes en la segunda mitad del siglo XIX, dejando cinco hijos: Teresa, Nicolasa, Facundo, Luisa y Mariano. De Facundo Ayllón Medina descienden los Ayllones de Sacedón. Pepe Ayllón Palomino, regía una bodega de vinos y uno de sus hijos, Francisco, solía traer vino a granel a Alcocer en los 80 del siglo XX: "¡El Ayllón vende vino en la plaza!" anunciaba el pregón de Alcocer en esos días. Facundo Ayllón Medina, al quedar huérfano muy joven, fue enviado a Sacedón a aprender el oficio de guarnicionero (lo de curtir y decorar pieles y arreos para monturas) y allí ejerció su profesión, aunque siempre muy ligado a su familia de Alcocer. Enseñó su profesión a otro de sus hijos, Conrado Ayllón Palomino, un bromista empedernido, que se estableció de nuevo en Alcocer y que regía también el bar de la Glorieta que, en tiempos de la II República se llamaba “El 14 de Abril”.

Manuel Ayllón Carralero y su prole

El "14 de abril" fue un establecimiento pionero, al ser el primer bar de Alcocer en servir cervezas, bebida casi desconocida por estos lares y que provocaba entre sorpresa y rechazo a los lugareños en un tiempo en el que la gente solo bebía chatos. También distribuía a los pueblos cercanos las gaseosas de Simón Cillero (actual casa del Morenillo, más abajo de la panadería “Encarnita”. Simón y su familia procedían de Santa Cecilia, Soria y vinieron a Alcocer a inicios de siglo. Era este Simón una persona relevante en Alcocer, uno de los mayores contribuyentes, donde fue concejal. Dirigía también un comercio de telas. Fusilados él y su hijo Andrés tras la guerra, y sin medios para subsistir, la mujer y otros dos hijos tuvieron que abandonar el pueblo).

Entre las bromas más “celebradas” de Conrado estaba la de arrojar un “cuerpo” con ropa y relleno de paja desde la ventana cuando llegaba el coche de línea, simulando un accidente o suicidio y causando gran revuelo a los viajeros. En otra ocasión provocó un funeral sin matar a nadie, al comentar que el tío Leoncio el Canalejero, había fallecido repentinamente, presentándose el cortejo de negro fúnebre en casa de éste, sita en el barrio del Bolsillo, a ofrecer sus condolencias ante la sorpresa del propio finado. Conrado y dos de sus hijas de 18 y 21 años de edad, Juana Luisa y Mari Paz, también tras la guerra civil, fueron encarcelados. Conrado fue trasladado de Guadalajara a Camposancos (La Guardia, Pontevedra) y más tarde a Santa Isabel (Santiago de Compostela). Su familia, como muchas otras, hubo de dejar Alcocer. La casa del bar de la Glorieta pasó a su primo Victoriano Ayllón Palomo, el tío Patitas, más tarde a Cayo Espada Ayllón, sobrino del anterior y ya hacia los años 70, a sus actuales propietarios.

De Manuel Ayllón Carralero es hijo también Mariano Ayllón Medina, presbítero de Alcocer y Capellán de las Monjas desde final del siglo XIX hasta 1918 y que ofició numerosas misas junto a Aniceto Moya, el sacerdote que le sustituyó en 1909 al frente de la parroquia. Puede leerse en una reseña de la toma de posesión de Aniceto lo siguiente:

El tío Conrado y la tía Juana Sánchez, gente mu chunga por innovadora, por darse a la cerveza y por sus bromas pesadas

La familia del Sr. Moya andaba sobrada de calderilla. Y podéis poner lo de “pacíficamente” entre comillas (muchas).

Mariano Ayllón Medina, capellán de las monjas clarisas y presbítero de Alcocer. Foto de Mariano por cortesía de "Alcocer por supuesto"

Otro hijo de Andrés, el del puente de su nombre, fue Ramón Ayllón Carralero, probablemente el primogénito y heredero por ello de las mejores tierras. Ramón fue juez municipal y persona destacada en el municipio, casó con Petra Ibarra, de Guadalajara y sus hijos y descendientes, los Ayllón Ibarra, dieron al pueblo alcaldes (Ángel, el mayor, inauguró las casas de los maestros), jueces y curas. Catalino Manuel Ayllón Ibarra fue párroco de Salmeroncillos e inauguró las fuentes de Millana allá por 1920. También estuvo presente en la inauguración del Grupo Escolar de Alcocer, en 1926.

La prole de Ramón Ayllón Carralero

Fe de erratas: el párroco de Torronteras era José Lafoz músico organista, cuyos sobrinos, los Olmeda Lafoz residían en Alcocer. ¡Oh sorpresa!, fueron también una de las numerosas familias que tuvieron que dejar el pueblo tras la guerra civil. Ocho hermanos eran.

Luis Ayllón Ibarra, el hijo pequeño de Ramón Ayllón Carralero, era juez municipal en 1911. Casado con Celedonia Sánchez Serrano cuyo padre era un ganadero importante y prima hermana de la mujer del "boticario" Federico de San Andrés, que se llamaba María Sánchez Manzano. Luis comenzó a perder la cabeza y tener frecuentes ataques de celos por los que fue ingresado en sanatorios varias veces. La última, en uno en el sur de Madrid, donde le sorprendió la guerra civil, desapareciendo en un bombardeo de la aviación fascista. Su hijo Luis Ayllón Sánchez fue fusilado tras la guerra. Nadie quiso responder por él, pese a ser sobrino del alcalde Ángel Ayllón ya fallecido, primo hermano del próximo alcalde Ramón Ayllón y del futuro alcalde Jesús Casero, sobrino segundo de Victoriano Ayllón, un hombre del régimen que también era tío de su esposa y pese a no estar involucrado en crímenes, ni quemas. Al parecer, pesó más su amistad y reciente emparentamiento con la familia Ballesteros, personas con influencia social tradicionalmente en Alcocer y que estorbaban mucho a los nuevos poderes.

El periodismo alcarreño, la verdad es que no ha ganado mucho con los años: mantenemos el sensacionalismo y los masajes al poder como tradición. Eso sí, el acaudalado Sr. Sendín pasó un ratejo que pa qué te voy a contar, hermoso.

Nietos de Ramón Ayllón Carralero e hijos del alcalde Ángel Ayllón Ibarra fueron entre otros, Ramón Ayllón López, alcalde con Franco y donante de la estatua actual de la Virgen del Tremedal, Pepa, hermana del anterior y madre de Mariano Aguado Ayllón, fallecido recientemente y Josefa, abuela de Estrella Cervigón. Sí, las dos hermanas se llamaban Josefa. Cosas.

Jesús Casero Ayllón, hijo de Sofía Ayllón Ibarra, era el padre de “la Antonia” de Casa Goyo, teniente republicano y luego, también alcalde franquista en 1948 y encargado del Somatén.

Nicho de los Ayllón Ibarra
Nicho de los Ayllón Ibarra

Aquí descansan algunos descendientes de Ramón Ayllón Carralero

Otro nieto de Ramón Ayllón Carralero fue Aurelio Montero Ayllón, hijo de Antonia Ayllón Ibarra y Aurelio Montero Alonso, un industrial nacido en Triufé (Zamora), influyente, gran contribuyente, fiscal y concejal y dueño de una ferretería en Alcocer. Vivían en la casa que luego fue de Ángel Lanza, Jefe de Falange, enfrente de la actual farmacia. Aurelio casó con Emilia Illanes, hermana del médico de Escamilla Pedro Illanes Rico, esposo de Mercedes Sendín. Fué acusado junto a otras diez personas de apoyar activamente el golpe de estado de Franco y terminó asesinado junto a ellos el 4 de septiembre de 1936 en el kilómetro 104 de la carretera de Guadalajara a Albaladejito, actual N320, cuando presuntamente se les conducía a la prisión de Guadalajara. Su tía y vecina Celedonia (actual Hostal España) intentó que fuera liberado, ofreciendo dinero a sus captores sin éxito. Ironías del destino, el hijo de Celedonia fue luego injustamente acusado de este crimen, el crimen de su primo hermano.

Por último, también hijo de Andrés el del puente, fue Melitón Ayllón Carralero, casado con Isabel Palomo Vivar. Ganadero, terrateniente y apoderado de la finca que llamaban en tiempos de la guerra "la finca del alemán" y ahora "de la marquesa". También representante de la fábrica de harinas "Las puentes de Alcocer" sobre el río Guadiela y corresponsal del periódico la Región. Melitón fue alcalde de Alcocer entre 1889 y 1891 y Juez municipal en múltiples ocasiones. Melitón e Isabel son los padres del tío Patitas (Victoriano Ayllón Palomo, que fue igualmente alcalde en época de Franco, apoderado de la finca del Montellano y enemigo oficialmente declarado en La Gazeta del régimen republicano durante la guerra) y abuelos de Cayo Espada. Victoriano, cojo como puede deducirse de su apodo, era capataz de las muchas tierras que heredó, entre ellas las próximas al puente del tío Andrés, donde algunos aun recuerdan que estaba el estanque del tío Patitas, y guardaba unos lujosos arreos de mulillas hechos por el tío Conrado el guarnicionero, que se usaban en las corridas de toros y otras fiestas. A su muerte, su sobrino segundo y exalcalde Ramón Ayllón López reclamó los arreos a sus herederos.

- "¡Victoriano prometió dármelos!" dijo Ramón en prueba irrefutable de su derecho.

- "¡Anda llévatelos y te los pones a ver cómo te quedan!" dijo algo harta su prima segunda Pepa Ballesteros Ayllón al entregárselos.

La prole de Melitón Ayllón Carralero

Melitón Ayllón e Isabel Palomo posan en la casa de su hijo

Los hermanos Melitón y Ramón tuvieron una pelea a cuenta de alguna falta de respeto de uno de ellos a la mujer del otro. Melitón mordió en la nariz a su hermano, ocasionándole una seria herida. El hecho fue dirimido ante el juez de Sacedón y severamente castigado, inaugurando la costumbre de que los alcaldes de Alcocer acaben en los papeles por riñas violentas, con el agravante de parentesco en este caso.

Duelo fratricida de terratenientes

Ya sabéis: “Puente del tío Andrés”, por Andrés Ayllón Cervigón y no de San Andrés, propietaria esta última familia de farmacia, yesería y serrería; alcaldes y jueces también, pero no queráis darles aún más, que también van bien servidos.