Ni pequeñito, ni chepudo, ni las piernas cortas

La historia del "tío Patitas" un personaje popular en el Alcocer de su tiempo, nacido en 1879 y fallecido en 1952

Luis del Saz Ayllón

3/9/20258 min read

Victoriano Ayllón Palomo
Victoriano Ayllón Palomo

Victoriano Ayllón Palomo, el "tío Patitas": ni paqueñito, ni chepudo, ni las piernas cortas.

No es que el personaje haya acumulado méritos para ser biografiado, salvo por ser bastante representativo de una época más en lo malo que en lo bueno. Siendo el hermano de mi bisabuela, no siento un compromiso especial con "salvar" su imagen, pero sí me parece oportuno acercarnos, en la medida de lo posible. a la realidad en lugar de hacer invenciones gratuitas.

No: Victoriano Ayllón Palomo, el “tío Patitas” no era ni pequeñito (lo normal entonces), ni chepudo, ni mucho menos tenía las piernas cortas. Ante la duda o la ignorancia, se podría haber comenzado la frase con un “pudiera ser que…” pero es que se ha afirmado en una publicación reciente taxativamente lo descrito en el título de este artículo, expresándolo sin más como una descripción fidedigna del personaje, cuando no puede ser más inventada.

El tío Patitas debe su mote a una cojera y a un poco de mala leche de su inventor. Nada más. Siempre necesitó de un bastón, tenía una colección de ellos que colocaba en el bastonero que tenía en el portal de su casa. Su aspecto físico era muy similar al de algunos de los descendientes de su padre, Melitón Ayllón Carralero, otrora juez y alcalde de Alcocer, especialmente a la familia del tío Cayo, sobrino suyo, hijo de su hermana Emilia, que no destacan ni por bajitos, ni por chepudos, ni por tener las piernas cortas.

Victoriano con Nines González Sendín en el Montellano
Victoriano con Nines González Sendín en el Montellano

Victoriano con Nines González Sendín y familia en el Montellano

Melitón Ayllón, uno de los hijos de Andrés, el del “puente del tío Andrés” tuvo un total de trece hijos, de los que sobrevivieron a su infancia solo cuatro, una constante en la época que debe hacernos reflexionar, más cuando ciertos elementos o grupos de ellos con pocos estudios, mala preparación y peores intenciones, inventan en estos tiempos del siglo XXI no sé qué de las vacunas o de cualquier cosa que huela a ciencia y conocimiento.

Los cuatro hijos de Melitón que llegaron a adultos eran, de mayor a menor: Emilia, Victoriano, Amparo y Gabino-Pedro (el tío Perico).

Emilia casó por la vía de urgencia con el mozo de mulas Pedro Espada, de Cañaveruelas, que trabajaba en lo que hoy es la finca de la Marquesa a las órdenes de Melitón, el padre de Emilia. Se instalaron en la calle de la Dulzura, sospecho que enfrente del Convento, donde luego residiría el tío Cayo, su segundo hijo ( el primero fue el tío Isaac).

Victoriano se casó con su prima segunda Isabel Notario Palomo y vivió en la casa, hoy eternamente en obras, que está al inicio de la travesía de Pasacuerdos. Una gran casa de labranza con dos cuadras para mulas y caballos, pajar, patio, corral, jardín, un gran cuarto para la prensa de la uva y una cueva con las tinajas más grandes que he visto en Alcocer, del tamaño de las que se pueden encontrar en las Cuevas del Vino de Chinchón. La casa pertenecía a la familia Palomo de la Yguera, que dio también un cura a Alcocer: Miguel Galindo Palomo, cargo que ejerció hasta su muerte prematura en 1886 y que residió en esa misma casa.

Melitón Ayllón Carralero flanqueado por su nuera Isabel y su hijo Victoriano en el patio de la casa
Melitón Ayllón Carralero flanqueado por su nuera Isabel y su hijo Victoriano en el patio de la casa

Melitón Ayllón Carralero flanqueado por su nuera Isabel y su hijo Victoriano en el patio de la casa de los Palomo

Un artículo con improbable base en la realidad y Pedro Espada de protagonista
Un artículo con improbable base en la realidad y Pedro Espada de protagonista

Un artículo de improbable base en la realidad y en la ciencia con Pedro Espada de protagonista

El tío Perico, hermano menor de Victoriano y su esposa Prudencia Cervigón Vaquero, vivieron en la parte sur de la casa del padre de él, al inicio de la calle de la Iglesia y no dejaron descendencia. Aunque tuvieron siete hijos, solo Melitón, el “Periquillo”, llegó a los diecinueve años, cuando falleció por un enfriamiento que cogió al tumbarse sudoroso en el portal del tío Patitas tras una mañana de duras tareas campestres. Quizá este fracaso maternal esté en el origen de la demencia de la tía Prudencia, que pasó sus últimos días recluida en casa de su madre, la tía Dona (Abdona Vaquero) hermana de la viuda del sacristán que asesinaron en la Iglesia de Alcocer en una fría noche de octubre de 1887. Abdona (y Prudencia) vivieron en la calle Mayor, un poco más allá de la casa de Don Gonzalo el veterinario, en esa misma acera, en la que unos años antes lo fue de Manuel Ayllón Carralero.

Matan al padre del tío Cagaonzas
Matan al padre del tío Cagaonzas

Noticia del asesinato del que fue padre del tío Cagaonzas

Amparo se casó con Víctor Ballesteros, y yo diría que inicialmente fue el matrimonio más prometedor de los cuatro, esta rama de los Ballesteros era una familia antigua en Alcocer bien posicionada, culta, inteligente y con mucho futuro entonces, hasta que la guerra civil se cruzó en su camino. Vivían en la casa de Mayor 18, que el padre de Víctor compró a los herederos de su buen amigo Valentín Sánchez recaudador de la contribución y secretario accidental del Ayuntamiento de Alcocer, que murió sin descendencia, porque su único hijo Constancio murió en trágico accidente a los dos años de edad.

Lápida en el nicho de Constancio Sánchez Legua, fallecido a los dos años de edad

La hermana mayor de Víctor Ballesteros, Elisa, había casado con el médico de Alcocer Enrique de San Andrés y su hermana paterna y también tía segunda materna Eulogia, con el coruñés juez de Alcocer Fernando Rodríguez Sánchez, de quienes ya hablamos en un artículo anterior. Lo dicho: un matrimonio bien relacionado y con buenos cimientos para prosperar.

Pero volvamos a Victoriano. El tío Patitas era un personaje muy popular en Alcocer, tenía su gracia (según los cánones del humor de la época, claro) y hacía las delicias y se ganaba las risotadas de los mozos con sus frases ocurrentes y con sus propinas.

- “La que no quiere por treinta, quiere por cuarenta y, si no, ¡por cincuenta!” ...(estallido de risas).

Como con su prima-esposa la cosa no funcionaba, persiguió sin descanso a sus criadas. En su lecho de muerte, pidió a la última de ellas, una joven Carmen Aguado “La Bollera”, que se acercara a la cama. La cogió del antebrazo y mirándola a los ojos le dijo:

- “Mira: para que no puedas decir nunca que a ti no te he tocado”.

De hecho, tuvo una hija con una de las criadas anteriores llamada Julia Escamilla, de Córcoles, llamada Máxima. En lo positivo hay que decir que la quiso como propia y que, aunque no le dio lugar en su casa por el escándalo que supondría, la mantuvo y le legó gran parte de su herencia.

Victoriano Ayllón y Máxima Escamilla, su hija ilegítima

Un día, uno de sus mozos fue a por leña al Monte Llano y, al regresar a casa de Victoriano con el hatillo, el joven le contó que una mujer se le ofreció a cambio de leña, tal era la misera en el Alcocer en la posguerra (y en el Alcocer de antes de la guerra). El mozo presumió ante Victoriano de haber resistido y de no haber caído en el ofrecimiento. Había sido fiel a su amo.

- “¡Anda! ¿Cómo se te ocurre? ¡Si yo no me hubiera dado cuenta de que faltaban dos ramas! …le contestó Victoriano al escuchar el sucedido.

Y así probablemente era él, un soborno a cambio de sexo parece que era su religión.

Victoriano aparte de sus tierras propias, gestionó las de los señoritos, por ejemplo, las de Nines González Sendín en la finca del Montellano. Sin ser él un señorito, siempre estuvo de su lado. Sus mejores amigos eran los Cervigón Cenarro, vecinos de calle e hijos del prestigioso abogado Don Benito Cervigón Lerín.

Leandro el Maca, Nines González Sendín, una desconocida y Victoriano
Leandro el Maca, Nines González Sendín, una desconocida y Victoriano

Manolín el Deseado, Leandro el Maca, Nines González Sendín, unas desconocidas y Victoriano

Él era muy de derechas como habréis deducido ya, tan de derechas que fue declarado enemigo de la República en el BOE de la época, la Gazeta. Esta declaración se publicó en 1938 con posterioridad a su encarcelamiento durante la guerra civil en el verano de 1937, cárcel que compartió con Pepe Lanza, Federico de San Andrés y María de la O López (la esposa del tío Malacara). Hay que decir que su paso por prisión fue muy breve, porque a la semana de ingresar, su cuñado Víctor Ballesteros se presentó en Guadalajara y consiguió la liberación de todos ellos.

No ocurrió igual cuando la situación se invirtió: estando Víctor en prisión desde 1939, Victoriano poco hizo y nada consiguió para ayudar a su cuñado, que murió preso a los sesenta y cinco, tras seis años encarcelado y sin otro delito que ser republicano y de izquierdas.

- ¡Qué vienen los rusos!

Solía gritar Victoriano con sorna en los años de posguerra como saludo sarcástico.

Victoriano en casa de los Ballesteros, con su sobrino Agustín, su hermana Amparo y su esposa Isabel

Victoriano murió por un problema de corazón a los 73 años, en 1952. Cuentan que no tuvo una buena muerte, por lo que sea no estaba muy conforme con su destino y no murió en paz. Descansa en los viejos nichos del cementerio de Alcocer, al fondo norte, bajo el de uno de los hijos de sus amigos Cervigón, muerto antes de tiempo, y al lado del propio del tío cura suyo y de su esposa, Miguel Galindo Palomo, presbítero de Alcocer.

Lugar del último descanso de Victoriano (de sus criadas, también)
Lugar del último descanso de Victoriano (de sus criadas, también)

Lugar del último descanso de Victoriano

(Sus criadas, también descansaron: ¿Entendéis ahora lo del 8M?)

Nota: agradecimientos a Vicente Fernández Blanco y a Alejandro Cristóbal Villa por sus historias sobre Victoriano